ARTICULO

El Naranjito

Autor: Dr. Ángel Romero Cárdenas

Mi refresco favorito era el “Oranchito-Mundet”. Era de un color que va del anaranjado al rojo… casi más rojo, venía en el interior de una botellita cilíndrica y rugosa, le cabía como un vasito de agua y, frío me gustaba más… Era delicioso. Costaba 35 centavos. Una de mis ocupaciones favoritas y principales era ahorrar unos centavitos e irme a “La Magda” –tienda que se encontraba en la esquina entre Oriente 51 y Sur 124–, a comprar mi “Oranchito-Mundet”. Era todo un deleite llegar y pedir:

–Por favor un “Oranchito-Mundet”.
–Tómalo del refri –me contestaban.

Sacaba mi “Oranchito-Mundet”, pagaba 35 centavos, lo destapaba y salía a sentarme junto a la ventana de la tienda que estaba en Oriente 51. La prefería, porque en ese lado… ¡pegaba más rico el Sol! La ventana del Sur estaba siempre oscura y fría, aun cuando miraba hacia un jardincito.

¡Qué delicia!… poder disfrutar un “Oranchito-Mundet”. Con ese sabor tan delicioso. Para mí era todo un regalo, un verdadero placer. Una vacación… tomar un “Oranchito-Mundet”. Disfrutaba, me sentaba tranquilamente viendo pasar las cosas, viendo pasar el tiempo.

Seguramente en esa época ni siquiera era consciente del tiempo. Veía pasar en su bicicleta al panadero –con su sombrero hecho charola de pan o, con su charola de pan hecha sombrero–, repleto de biscochos. Veía pasar al afilador y me deleitaba con el sonidito de su ocarina.

Te invitamos a continuar con la lectura en la página 26 d Motu Cordis

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

To Top
PersonalTrainerCertification.us