Autores: Dr. Juan Calderón Colmenero*, Dr. Jorge L. Cervantes Salazar**, Dr. Diego B. Ortega Zhindón**, Dra. Nonanzit Pérez-Hernández***, Dr. José Manuel Rodríguez Pérez***
Departamentos de Cardiología Pediátrica*, Cirugía Cardiaca Pediátrica y Cardiopatías Congénitas**
y Biología Molecular***
La investigación científica tiene como fin principal la generación de conocimiento. La investigación clínica es pieza fundamental en la cadena de la investigación biomédica. Sus modelos actuales ideales son el tener un carácter multidisciplinario, es decir, que los conocimientos de diversas áreas se sumen y confluyan (básica, clínica, epidemiológica, etc.) y ser de carácter multicéntrico para alcanzar una mayor población estudiada y respaldar la aplicación clínica de los resultados. Todo conocimiento generado en las diferentes áreas de experimentación molecular, celular o animal debe, eventualmente, ser trasladado y evaluado en el contexto de la investigación clínica si se pretende tener una aplicación en la práctica médica diaria. Es de gran importancia que ambas disciplinas, clínica y básica, combinen sus respectivos conocimientos, pero siempre siendo cuidadosos en el cumplimiento del deber a todos los aspectos éticos y de seguridad.
Por todo esto, existió una necesidad de estrechar lazos entre la investigación básica y la clínica, y por esa razón ha surgido la INVESTIGACIÓN TRASLACIONAL. En este sentido, su objetivo es aplicar con eficiencia el conocimiento de los procesos moleculares, celulares, químicos, genéticos, fisiológicos, etcétera, a la búsqueda de tratamientos eficaces o de técnicas de prevención o diagnóstico, con un enfoque de la mesa del laboratorio a la cama del enfermo.
Para que la investigación traslacional lleve a cabo su acción, requiere colaboradores básicos y clínicos, quienes además son parte fundamental para la formación de profesionistas con un alcance integral, que influya en la formación temprana de maestros y doctores que se integren a este tipo de investigaciones.
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