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MYCOBACTERIUM TUBERCULOSIS INFECCIÓN EN PLACENTA: UNA OBSERVACIÓN AL MICROAMBIENTE HOSPEDERO-PATÓGENO

Fonseca-Pérez Mónica Selena*1,2, Valdespino-Vázquez María Yolotzín3, LeónJuárez Moisés1, 2, Del-Castillo-Hernández Belén Betsaida3 Rivera-Gutiérrez Sandra1,Helguera-Repetto Addy Cecilia*2
1 Departamento de Microbiología, Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, Instituto Politécnico Nacional,Ciudad de México, México.
2 Departamento de Inmunobioquímica, INPer, Ciudad de México, México.
3 Departamento de Anatomía Patológica, INPer, Ciudad de México, México.

Figura 1. Microscopía óptica de la tinción de Kynyoun del tejido placentario a las 72h post infección con M. tuberculosis. Observación a un aumento de 100x en un microscopio Axio Lab.A1 de ZEISS. De color azul oscuro se observan las células que conforman las vellosidades coriónicas de la placenta, de color azul más claro se observa la matriz extracelular compuesta principalmente de colágeno. De color rosa y encerradas en círculos rojos se observa a Mycobacterium tuberculosis a) Control sin infección b) infección con la fase de crecimiento activo logarítmica b) infección con la fase reactivada de latencia NRP1 y d) Infección con la fase de latencia NRP2.

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por Mycobacterium tuberculosis. Es considerada uno de los principales problemas de salud a nivel mundial y la segunda causa de muerte por un solo agente infeccioso. En el año 2021 se estimó que 10.6 millones de personas enfermaron de tuberculosis y 1.4 millones de personas fallecieron alrededor del mundo por dicha causa (1).

La presentación clínica más común de la tuberculosis es la llamada tuberculosis pulmonar; sin embargo, M. tuberculosis puede infectar otros tejidos del cuerpo humano, ocasionando diferentes cuadros clínicos como: tuberculosis meníngea, tuberculosis peritoneal, tuberculosis intestinal, tuberculosis genital y tuberculosis congénita. También las personas infectadas pueden cursar con una infección latente en la que no hay presencia de ningún síntoma clínico; no obstante, la enfermedad puede reactivarse, en caso de haber un desbalance en el sistema inmune, y generar una tuberculosis activa (2).

La tuberculosis congénita se asocia, no solo a casos de tuberculosis activa, sino también a casos de reactivación de una tuberculosis latente durante el embarazo. La incidencia de la tuberculosis congénita es desconocida, ya que sus síntomas en los recién nacidos son poco característicos; se han reportado cuadros clínicos de neumonía, hepatomegalia, esplenomegalia, fiebre, dificultad respiratoria y sepsis(3).

Se proponen tres posibles vías de transmisión para la tuberculosis congénita: la vía transplacentaria, que podría producir lesiones hepáticas en el neonato y diseminarse a través del sistema sanguíneo; la vía de aspiración o inhalación de líquido amniótico, que desencadena problemas con sintomatología gastrointestinal y/o pulmonar y la vía de infección por canal de parto y contacto con el tracto genital materno (4).

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