El glaucoma puede aparecer a cualquier edad, lo cierto es que el riesgo aumenta a partir de los 60 años con una incidencia del 2,1 por ciento. Cifra que asciende al 2,3 por ciento en personas de 60 a 69 años y, una vez pasados los 70, alcanza el 4 por ciento.
El glaucoma es una enfermedad que daña el nervio óptico del ojo. Generalmente se produce cuando se acumula fluido en la parte delantera del ojo. El exceso de fluido aumenta la presión en el ojo y daña el nervio óptico.
El ojo produce humor acuoso constantemente. A medida que fluye nuevo humor acuoso en el ojo, debe drenarse la misma cantidad. El fluido se drena a través de un área llamada ángulo de drenaje. Este proceso mantiene la presión en el ojo (llamada presión intraocular o IOP por sus siglas en inglés) estable. Sin embargo, si el ángulo de drenaje no está funcionando correctamente, el fluido se acumula. La presión interior del ojo aumenta y esto daña el nervio óptico.
El nervio óptico está compuesto por más de un millón de fibras nerviosas pequeñas. Es similar a un cable eléctrico compuesto por muchos alambres pequeños. Cuando estas fibras nerviosas mueren, se desarrollan puntos ciegos en la visión. Puede que no note estos puntos ciegos hasta que hayan muerto la mayoría de las fibras del nervio óptico. Si todas las fibras mueren, se quedará ciego.
Algunas personas corren un mayor riesgo que el normal de padecer glaucoma. Esto incluye a personas que:
- Mayores de 40.
- Tener parientes con glaucoma.
- Tener presión ocular alta.
- Tener hipermetropía o miopía.
- Uso prolongado de esteroides.
- Sufrir de estrechamiento del nervio óptico.
- Tener diabetes, presión alta, migrañas, mala circulación de la sangre u otros problemas de salud que afectan a todo el cuerpo.
Las personas que tengan más de una de estas características corren un riesgo aún mayor de glaucoma.
La única manera segura de diagnosticar glaucoma es con un examen ocular completo. Una prueba de glaucoma que sólo verifique la presión en el ojo no es suficiente para detectarlo.
Durante un examen de glaucoma, su oftalmólogo hará lo siguiente:
- Medirá la presión ocular.
- Revisará el ángulo de drenaje del ojo.
- Examinará el nervio óptico para comprobar que no haya daño.
- Hará una prueba de visión periférica (lateral).
- Tomará una imagen o medición por computadora del nervio óptico.
- Medirá el espesor de la córnea.
El glaucoma no presenta síntomas en sus etapas tempranas. De hecho, la mitad de las personas que sufren de glaucoma no saben que lo padecen. El realizarse exámenes de la vista de manera habitual, puede ayudar.
El daño por glaucoma es permanente: no puede revertirse. Sin embargo, puede detenerse por medio de medicamentos y cirugía.