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Síndrome genitourinario de la menopausia, un problema cultural

El síndrome genitourinario de la menopausia (GSM) a menudo pasa desapercibido, con el riesgo de sufrir consecuencias graves. Anteriormente, era conocido como resequedad vaginal, atrofia vulvovaginal o vaginitis atrófica. Es prevalente, causa resequedad vaginal, falta de lubricación, dispareunia, problemas e infecciones de vías urinarios, y cuando éstas son recurrentes pueden ser fatales.1-3 Las hormonas vaginales tratan eficazmente el GSM; la falta de conciencia significa que algunos pacientes no reciben el tratamiento adecuado y su calidad de vida y salud sexual se ven afectadas. Es escasamente estudiado, detectado y tratado,4 pocos médicos preguntan sobre los síntomas del GSM y apenas un pequeño porcentaje de mujeres consultan por ello, principalmente por pudor, vergüenza o por la creencia de que forma parte del proceso natural de envejecimiento. El GSM se define como un conjunto de síntomas y signos asociados con una disminución de los estrógenos y otros esteroides sexuales que implican cambios en los labios mayores/menores, clítoris, vestíbulo/introito, vagina, uretra y vejiga. La sintomatología (no todas las pacientes los presentan) incluye:5

  • Resequedad vaginal, ardor e irritación.
  • Falta de lubricación.
  • Malestar o dolor.
  • Función deteriorada durante las relaciones sexuales.
  • Urgencia urinaria.
  • Disuria e infecciones recurrentes del tracto urinario.

La falta de estrógenos en la pelvis afecta más a la vagina y vulva. La vejiga y la uretra tienen tantos receptores de estrógeno como la vagina, y las mujeres menopáusicas a menudo sufren infecciones urinarias recurrentes e incontinencia relacionadas con la falta de estrógeno. El GSM tiene un problema de concienciación, no se enseña en la facultad de medicina, principalmente en sociedades machistas o misóginas en las que vivimos, así como por la incapacidad de informarse o aprender cosas médicas nuevas. La discriminación por edad también está en juego, a nadie le importa la vida sexual de las personas mayores ni los problemas para orinar. La prevalencia es alta y las mujeres frecuentemente desconocen su causa y sus opciones de tratamiento, por lo que es necesario educar a las pacientes y a los médicos a saber realizar el diagnóstico y brindar las opciones de tratamiento del GSM.5

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