ARTICULO

Técnicas moleculares para la identificación de especies de Candida causantes de candidiasis vulvovaginal

Mónica Sierra-Martínez, Eduardo García-Salazar, Gustavo Acosta-Altamirano, Daniel Lovera-Alcántara, Xóchitl Ramírez-Magaña, M. G. Frías de León, Hugo Díaz-Huerta*

RESUMEN

Una de las infecciones que causa el género Candida es la candidiasis vulvovaginal (CVV), que es una vaginitis sintomática. Es provocada principalmente por la especie C. albicans, pero no es la única, ya que existen especies no-albicans capaces de provocarla. Algunas de estas especies presentan resistencia a los antifúngicos de primera elección. Por lo que una mala identificación podría impedir la erradicación de la infección. En consecuencia, es de suma importancia contar con un diagnóstico preciso, eficaz y rápido para su correcta identificación. El estándar de oro para identificar estos microorganismos es el medio del cultivo, pero tiene una desventaja, ya que el resultado tarda de tres a cinco días. Derivado de esto, han surgido alternativas para el diagnóstico, entre las cuales destacan las metodologías moleculares. Una de ellas es la espectrometría de masas que ha tenido un buen desempeño en la identificación a nivel especie en un tiempo menor al cultivo. Por otro lado, tenemos la identificación por medio de la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) que ha demostrado tener una gran capacidad para la identificación a nivel especie, además de ser una metodología relativamente sencilla, así como sus variantes automatizadas. Esta revisión pretende proporcionar una descripción general de las variantes metodológicas para la identificación del género.

Palabras clave: diagnóstico molecular, candidiasis vulvovaginal.

INTRODUCCIÓN

La candidiasis vulvovaginal (CVV) es una vaginitis sintomática causada por hongos del género Candida. Se caracteriza por la siguiente sintomatología: picor vulvar, flujo anormal, ardor dolor e irritación, así como disuria y dispareunia.1 La especie más frecuentemente aislada en la CVV es C. albicans que forma parte de la microbiota normal del tracto reproductor femenino, pero en ocasiones especies no-albicans también llegan a causarla. Esto complica el tratamiento que pudiera llevar la paciente que cursa la enfermedad, debido a que algunas especies presentan resistencia al fluconazol, considerado como el fármaco de elección. Tal es el caso de C. dubliniensis que presenta una resistencia al fluconazol con respecto a otras especies. C. glabrata también presenta esta resistencia y algunas de las cepas que han sido aisladas presentan multiresistencia a azoles, por lo que es mejor tratar las infecciones de estas mujeres con equinocandinas. Por su parte, C. parapsilopsis presenta una resistencia intrínseca para las equinocandinas, así que se sugiere el uso de azoles. Derivado de esto es necesario que el diagnóstico sea preciso y que se realice a nivel de especie.2

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