Autores: Dra. Luisa Fernanda Aguilera Mora, Dr. Juan José Parcero Valdés
Cardiólogos representantes de la Coalición por el Corazón de México
La mayoría de los mexicanos vivimos con el temor de caer víctimas de la violencia y adoptamos precauciones diarias como evitar las zonas peligrosas, no agredir vehículos sin placas en el tráfico o alejarnos de los espacios que son dominados por el crimen organizado. Sin embargo, los informes del INEGI 2023 revelan que los homicidios ocupan el octavo puesto en la lista de causas de muerte en nuestro país. Además, resulta común observar a personas usando cubrebocas por miedo a contraer la temible enfermedad que desató la pandemia por Covid-19, no obstante, la mortalidad secundaria a infección por este virus se ubica como la sexta causa principal de fallecimiento en México.
Es importante mencionar el miedo y el estigma asociados a la palabra “cáncer”, lo cual ha impulsado la creciente cultura de realizar mamografías y exámenes prostáticos. Y no nos malinterpretes, no desestimamos en absoluto ninguna de estas medidas para prevenir las enfermedades oncológicas que ocupan el tercer lugar en la lista de muertes en México; estos ejercicios de tamizaje y prevención son esenciales y debemos continuar buscando y combatiendo proactivamente estas enfermedades. Sin embargo, cabe preguntarnos ¿Cuántas acciones emprendemos como mexicanos debido al temor de padecer una enfermedad cardiovascular? ¿Cuántos pacientes asisten a revisiones preventivas sin presentar síntomas? ¿Realmente comprendemos cómo prevenir estas afecciones?
Durante años, hemos exhortado a la población a incorporar frutas y verduras en su dieta, mantenerse activos y controlar sus mediciones. Se han efectuado mediciones de presión arterial y niveles de glucosa en innumerables eventos de manera gratuita. Hemos clasificado los alimentos y fomentado un consumo responsable. Sin embargo, resulta paradójico que, a pesar de todos estos esfuerzos, las enfermedades cardiovasculares continúen siendo la primera causa de muerte en México y que la diabetes mellitus ocupe el segundo lugar, siendo que dos tercios de sus afectados morirán debido a complicaciones cardiovasculares.
Algo no estamos haciendo bien, los números son claros y la evidencia es contundente. A pesar de los avances médicos y las estrategias de prevención disponibles, la falta de concientización en la sociedad mexicana sobre las enfermedades cardiovasculares sigue siendo un desafío importante. Para iniciar un posible cambio de esta problemática hay que ser enfáticos en la lectura inicial de la situación: son pocos los mexicanos que realmente conocen y entienden sobre las enfermedades del corazón y, en consecuencia, son muchos quienes genuinamente no quieren saber. Seamos claros y hablemos como mexas. Existen múltiples paradigmas en la sociedad que todos hemos escuchado, por ejemplo: de algo me he de morir, es más fácil comprar una cola y un patito, sepa la bola, ¡Ay no, qué hueva!, mi abuela fumó hasta los 100 años y nunca le pasó nada.
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