ARTICULO

Hipertensión arterial: el asesino silencioso de nuestros tiempos

Autor: Dr. Enrique Alexander Berríos Bárcenas
Subjefe de Consulta Externa

Desde hace muchos años, con los avances en física e hidráulica, y los conocimientos de anatomía y de la circulación sanguínea, se observó que el fluido hemático que transita por los vasos sanguíneos puede ser cuantificado, y la mejor forma de hacerlo es mediante la medición de la presión arterial. Normalmente se reconoce que el flujo sanguíneo y su presión consecuente presenta valores diferentes según la fase del ciclo cardiaco, con valores durante la contracción cardiaca (o sístole) y valores durante la relajación (diástole). Esto se conoce como presión arterial sistémica. Existen algunas condiciones que elevan la presión arterial. La hipertensión arterial es una enfermedad crónica caracterizada por el aumento sostenido de la presión arterial y puede deberse a diferentes causas, sin embargo, la principal es la conocida como primaria, es decir, sin una causa identificable. Y no es que no tenga una causa, más bien ésta no es específica y se debe a una acumulación de factores que incluyen la edad, el sexo, la existencia de otras enfermedades como diabetes mellitus, ateroesclerosis, obesidad, o algunos hábitos como el tabaquismo y estilos de vida sedentarios.

El problema principal de la hipertensión arterial es que produce flujo sanguíneo acelerado constante que a la larga terminará dañando diversos órganos como los ojos, el cerebro, el corazón y los riñones. Y todo esto ocurre, la mayoría de las veces, sin síntomas relacionados. Es por esta razón, que se le ha denominado “el asesino silencioso”, ya que produce daño de órganos que puede llevar a la muerte, sin presentar manifestaciones previas. De esta aseveración parte la importancia de diagnosticarla y tratarla a tiempo.

Te invitamos a continuar con la lectura en la página 23 d Motu Cordis.

 

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