En México, 15 de cada 100 habitantes sufre depresión, y la cifra podría ser mayor porque algunas personas jamás han sido diagnosticadas y viven hasta 15 años sin saber que tienen esta afección.
La pandemia derivada de la propagación del COVID-19 ha afectado a la población mexicana de distintas maneras, que van más allá de los contagios.
Los procesos de socialización y la interacción interpersonal cambio, lo que indudablemente llevó a alteraciones en los estados de ánimo de las personas.
Sin embargo la depresión, ya existía desde antes de la pandemia, la depresión es un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. También denominada “trastorno depresivo mayor” o “depresión clínica”, afecta los sentimientos, los pensamientos y el comportamiento de una persona, y puede causar una variedad de problemas físicos y emocionales.
Los síntomas se producen durante gran parte del día, casi todos los días y pueden consistir en:
- Sentimientos de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza.
- Arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos de poca importancia.
- Pérdida de interés o placer por la mayoría de las actividades habituales o todas.
- Alteraciones del sueño, como insomnio o dormir demasiado.
- Cansancio y falta de energía.
- Sentimientos de inutilidad o culpa, fijación en fracasos del pasado o autorreproches.
- Dificultad para concentrarse.
- Pensamientos frecuentes o recurrentes sobre la muerte o pensamientos suicidas.
Para las personas con depresión, los síntomas suelen ser lo suficientemente graves para causar problemas evidentes en las actividades cotidianas, como el trabajo, la escuela, las actividades sociales o las relaciones con otras personas. Algunas personas pueden sentirse infelices o tristes en general sin saber realmente porqué.
Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave, incluso puede llevar al suicidio. Cada año se suicidan cerca de 800000 personas, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo de 15 a 29 años.
Aunque hay tratamientos eficaces para la depresión, más de la mitad de los afectados en todo el mundo (y más del 90% en muchos países) no recibe esos tratamientos.
Los médicos capacitados sobre el tema, pueden ofrecer tratamientos psicológicos, como la activación conductual, la terapia cognitiva conductual y la psicoterapia interpersonal, o medicamentos antidepresivos. Se debe tener presente los posibles efectos adversos de los antidepresivos, las posibilidades de llevar a cabo uno u otro tipo de intervención y las preferencias individuales. Entre los diferentes tratamientos psicológicos a tener en cuenta se encuentran los tratamientos psicológicos cara a cara, individuales o en grupo.