El cuidado facial es una práctica higiénica que sirve para prevenir diferentes daños a la piel y enfermedades dermatológicas, como por ejemplo: acné, rosácea, irritaciones, dermatitis, daños ocasionados por el sol, etc.
Por lo tanto, es fundamental contar con una rutina de cuidado facial específica que incluya los productos adecuados para cada tipo de piel.
Cada rutina de limpieza es diferente, sin embargo, hay productos esenciales que no pueden dejar de formar parte de ninguna de ellas:
- CREMAS HIDRATANTES
Con el paso del tiempo, todas las pieles, sin importar su tipo, pierden agua. Esto da como resultado pieles deshidratadas que carecen de un aspecto luminoso y saludable.
Una piel deshidratada también puede ser una excelente candidata para sufrir de sensibilidad y de enfermedades dermatológicas como rosáceas o eccemas.
Las cremas hidratantes faciales le otorgan a la piel la cantidad de agua que necesita, además, como cuentan con algunos ingredientes adicionales específicos, se pueden utilizar para devolverle a la cara la elasticidad y frescura que ha perdido.
- LIMPIADORES FACIALES
Estos productos tienen la capacidad de brindar una limpieza profunda sin que sea agresiva, para así mantener los poros limpios evitando su obstrucción y por ende, la aparición de acné.
De igual modo, los limpiadores faciales sirven para remover las impurezas y células muertas de la dermis, impidiendo que se acumulen y que en consecuencia, puedan causar diferentes tipos de dermatitis.
- PROTECTORES SOLARES
Una rutina de cuidado facial debe iniciar con la aplicación de un protector solar, recordemos que los rayos solares que inciden en la piel pueden causar irritaciones hasta daño celular en el rostro e incluso, cáncer de piel.
Queda claro que tener una rutina de limpieza facial correcta e idónea para tu tipo de piel, es la mejor manera de prevenir diferentes tipos de enfermedades e infecciones dérmicas.
