La influenza es una enfermedad respiratoria contagiosa provocada por los virus de la influenza que infectan la nariz, la garganta y en algunos casos los pulmones.
Los expertos considera que los virus de la influenza se transmiten principalmente a través de las pequeñas gotas que se producen cuando las personas con influenza tosen, estornudan o hablan. Estas gotitas pueden caer en la boca o en la nariz de las personas que se encuentran cerca.
La influenza puede causar una enfermedad leve o grave y en ocasiones puede llevar a la muerte. La influenza es diferente al resfriado. Por lo general, la influenza comienza de repente. Las personas con influenza a veces sienten algunos o todos estos síntomas:
- fiebre.
- tos.
- dolor de garganta.
- secreción o congestión nasal.
- dolores musculares o corporales.
- dolores de cabeza.
- fatiga (cansancio).
Algunas personas pueden tener vómitos y diarrea, aunque esto es más común en los niños que en los adultos.
Las personas con mayor riesgo de presentar complicaciones de la influenza son:
- Niños menores de 5 años, especialmente los menores de 6 meses.
- Adultos mayores de 65 años.
- Personas que tienen el sistema inmunitario debilitado.
- Personas con enfermedades crónicas.
- Personas muy obesas con un índice de masa corporal de 40 o mayor.
Los virus de la influenza están cambiando constantemente, con nuevas cepas que aparecen de manera regular.
La primera medida y la más importante en la prevención contra la influenza es vacunarse todos los años. Se ha demostrado que la vacuna contra la influenza reduce la aparición de enfermedades relacionadas con la influenza y el riesgo de sufrir complicaciones graves a causa de esta enfermedad que pueden dar lugar a hospitalizaciones o incluso la muerte.