Verónica Arroyo Herrera, Norma Cariño Mancilla, Angélica Ponce-Flores,
María Abel Ramos Valencia, Ana Cristina Rosas Granados, Norma Leticia
Valdez Rodríguez, Ericka Fabiola Gudiño Santos.
Departamento de Laboratorio Central, Laboratorio de Endocrinología.
Para que un modelo predictor sea útil, debe identificar las pruebas diagnósticas que garanticen la validez y confiabilidad adecuadas. Uno de los exámenes de laboratorio que tiene relevancia, en lo que respecta a la salud de la mujer, es la hormona antimülleriana (AHM), una proteína dimérica inhibidora de los conductos de Müller, donde se regula el desarrollo de las células germinales. Por décadas, el significado clínico de AMH estuvo limitado al desarrollo sexual fetal. Sin embargo, en los últimos 20 años se ha incrementado su relevancia, encontrándose algunas aplicaciones como las que se señalan a continuación:
MARCADOR DE LA RESERVA OVÁRICA: La AMH ha demostrado tener funciones específicas como regulador del crecimiento folicular, que permite su aplicación en áreas como la ginecología, siendo un potencial marcador para identificar la reserva y función ovárica, así como su envejecimiento y falla en las mujeres con alteración de la fertilidad. La AMH muestra una estrecha correlación con la reserva ovárica folicular y la capacidad reproductiva, más que la FSH o el estradiol.
MARCADOR EN EL SÍNDROME DE OVARIO POLIQUÍSTICO (SOP): La AMH es independiente de la FSH circulante y es relativamente estable a lo largo del ciclo menstrual y entre ciclos, lo cual la hace útil en el diagnóstico de causas de amenorrea secundaria como en el SOP, la falla ovárica precoz y otras disfunciones del eje hipotálamo-hipofisario.
MARCADOR TUMORAL: Existen patologías endocrinas infrecuentes como los tumores de las células de la granulosa; la AMH producida por las células de la granulosa son un potencial marcador significativo para la detección temprana de este padecimiento.
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