Actualmente estamos expuestos a mucha información, sobretodo frente a la pandemia.
Los estados emocionales se contagian,eso se debe a las neuronas espejo, que imitan y se apropian de las emociones ajenas. Está bien que nos dejemos contagiar de la alegría y el optimismo ajeno, lo que no es aconsejable es permitirnos que “se nos pegue el estrés”, el aburrimiento o el pesimismo. Desafortunadamente algunas emociones negativas, se contagian más fácilmente que las positivas.
Lo más aconsejable es comenzar por ejercer mayor control sobre nuestras emociones y tratar de mantenernos de buen humor, eso nos hace más fuertes. Para lograr esto, lo más aconsejable es enfocarnos en todos los aspectos buenos de nuestra personalidad y acciones.
Sin darnos cuenta, esto permitirá que los demás también corresponderán con nuestra buena actitud. Además, de manera imperceptible, vamos a empezar a ver lo mejor de los demás. Es una técnica que rara vez falla, implica simplemente enfocarnos en lo mejor, en lo bueno.
Estudios han probado que las emociones positivas ayudan a la activación del sistema inmunitario y también producen, entre otros beneficios, un aumento en la sangre de la hormona del crecimiento, la prolactina y la oxitocina, importantes para el mantenimiento de tejidos, el estímulo de la acción de los glóbulos blancos que nos defienden frente a las infecciones y la protección del sistema cardiovascular.
La pandemia ha permitido, que hoy más que nunca las familias estén unida, al tener que estar en confinamiento, por ello es de vital importancia generar emociones positivas al estar en convivencia total con el núcleo familiar (esposa, esposo, hijos).
El COVID-19, nos ha recordado la importancia del núcleo familiar, debido a que ya no corremos contra el tiempo ni volteamos a ver el reloj; hoy solo nos ocupamos por saber que los que nos rodean se encuentran sanos o si sufren alguna carencia. Nos hemos hecho más cercanos.
Es momento de fomentar una cultura de pensamientos positivos y resiliencia, ayudando a nuestra mente y cuerpo, específicamente al sistema inmune que es nuestro principal aliado frente al COVID-19.
