Autores: Dra. Marianna García-Saldivia, Dra. Jessica Rojano-Castillo, Dr. Hermes Ilarraza- Lomelí
Departamento de Rehabilitación Cardiaca
En la actualidad, se cuenta con muchos adelantos tecnológicos que han permitido mejorar la supervivencia después de un evento cardiovascular. Sin embargo, los padecimientos cardiovasculares continúan siendo la primera causa de mortalidad a nivel mundial, con un importante gasto en los sistemas de salud y con un potencial deterioro de la calidad de vida de los pacientes.1
Posterior a una crisis cardiovascular, bien sea un infarto, cateterismo cardiaco, cirugía cardiaca o una rehospitalización por alguna descompensación, los pacientes y familiares experimentan un periodo de incertidumbre, con dudas acerca de la enfermedad, cuidados necesarios y cómo enfrentar la vida en ese momento de vulnerabilidad, mismo que es acompañado por el impedimento que enfrentan los pacientes para el retorno laboral y la integración a su entorno socio familiar y actividades recreativas, además surgen temores e inseguridades que pueden mantenerse por tiempo prolongado e incluso llegar a incapacitar al paciente, lo que deteriora su calidad de vida y sus relaciones. De allí la importancia de implementar estrategias con mensajes positivos y comunicación asertiva que permitan al individuo adoptar conductas que reduzcan el riesgo de presentar un nuevo evento cardiovascular, recobrar la independencia, la confianza y mantener la salud en general.
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