Dr. Mario Roberto Rodríguez Bosch1, Dr. José Antonio Ramírez Calvo2, Dra. Yoalli Danira Estevez Fuentes3, Dra. Ursula Torres Herrera3, Dr. Victor Hugo Ramírez Santes4
1.Subdirección de Obstetricia.
2. Departamento de Medicina Fetal.
3. Residente de Ginecología y Obstetricia.,
4. Departamento de Obstetricia. Instituto Nacional de Perinatología
El acretismo placentario se define como una invasión anormal del trofoblasto hacia el miometrio de la pared uterina, ya sea en una porción placentaria o en su totalidad. El espectro de la patología abarca no solo el acretismo placentario, sino también la placenta increta y percreta (1). La morbilidad y mortalidad materna que representa esta patología se debe a la alta probabilidad de hemorragia severa, lesión de vías urinarias, de órganos adyacentes, entre otras muchas complicaciones y que con frecuencia se requieren transfusiones sanguíneas como parte del tratamiento en agudo (2). En la actualidad se describen tres opciones de tratamiento del espectro de la placenta acreta: la cesárea histerectomía, el manejo expectante con conservación de la placenta dentro del útero y las técnicas conservadoras del útero después de retiro de la placenta acreta (3).
Por todo lo que esta patología implica, se registra una tasa importante de muertes maternas relacionadas con ella. Dentro de los principales factores de riesgo descritos para el desarrollo de esta patología se encuentran cesáreas previas, placenta previa y resultados anómalos en marcadores placentarios como proteína plasmática A asociada al embarazo, péptido natriurético tipo B, lactógeno placentario, entre otros (1).
El principal método diagnóstico utilizado es la ultrasonografía obstétrica (sensibilidad reportada de 90.72%) en la cual se pueden encontrar hallazgos como lagunas placentarias anormales (de alto flujo turbulento visible en escala de grises), pérdida de la zona hipoecoica entre la placenta y el miometrio (“clear zone”), grosor miometrial retroplacentario disminuido (menor a 1mm), interrupción de la pared de la vejiga, abultamiento placentario (“buldging”) y masa exofítica focal.
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