Juan Carlos Bravata Alcántara,1 Miguel Pérez Facio,1 Wendy Daniela Jauregui Morales,2 Gustavo
Acosta Altamirano3 y Mónica Sierra Martínez1*
RESUMEN
Durante el embarazo, el organismo de la mujer experimenta una serie de cambios físicos, anatómicos y fisiológicos, estos últimos provocan distintas complicaciones durante la gestación, por ejemplo, anemia, diabetes gestacional, preeclampsia e infecciones, entre otras. Dentro de las infecciones más comunes en el embarazo destacan las cervicovaginales, que se presentan de dos maneras distintas: endógenas y/o exógenas. Las primeras producidas por el desequilibrio en microorganismos que componen la microbiota vaginal normal, mientras que las segundas son causadas por patógenos de transmisión sexual, por ejemplo, Chlamydia trachomatis, Neisseria gonorrhoeae y Trichomonas vaginalis. En este trabajo se realizó una revisión bibliográfica de estudios llevados a cabo en diferentes países donde se vislumbró que la bacteria Chlamydia trachomatis fue el patógeno más prevalente.
Palabras clave: embarazo, ITS, Chlamydia trachomatis, Neisseria gonorrhoeae, Trichomonas vaginalis
INTRODUCCIÓN
El término gestación hace referencia al periodo que la mujer experimenta durante cuarenta semanas o nueve meses aproximadamente, donde el feto inicia su desarrollo y crecimiento en el útero con la ayuda de los nutrientes que recibe a través del cordón umbilical conectado a su madre (Rojas et al., 2019). El embarazo se caracteriza por enfrentar tres situaciones: cambios físicos, anatómicos y fisiológicos (Sánchez, 2019), todas estas modificaciones están enfocadas en ajustarse y adaptarse a las exigencias que el desarrollo de un nuevo ser en el interior del cuerpo materno representa, las cuales ocurren de manera gradual, pero continua a lo largo de todo el embarazo y desde luego están influenciadas por múltiples factores como la edad de la mujer, los embarazos previos, su estado físico y nutricional, entre otros (Carrillo-Mora et al., 2021).
En concreto, los cambios fisiológicos se relacionan con la aparición de complicaciones durante la gestación, lo que llevaría a un embarazo de riesgo, el cual se define como cualquier condición médica u obstétrica imprevista en el embarazo que representa un peligro real o potencial para la salud de la madre y/o el feto (Sánchez, 2019). Ejemplos de estas complicaciones gestacionales son la diabetes gestacional, la preeclampsia, la anemia y el desarrollo de infecciones (Carrillo-Mora et al., 2021). Dentro de las infecciones que se pueden presentar en la gestación se encuentran las cervicovaginales, las cuales se definen como la presencia en el endocérvix y/o la vagina de un microorganismo patógeno (pudiéndose tratar de un virus, bacteria y/o parásito) durante el embarazo (Brot et al., 2019) y se les puede clasificar en endógenas y exógenas de acuerdo con el tipo de organismo que las ocasione (Serrano et al., 2019). La presente revisión se va a enfocar en las que son de tipo exógeno o también llamadas infecciones de transmisión sexual.
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