Todos los propósitos para eliminar el cáncer de cuello de útero (CaCu) deben incluir la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) en la población blanco de niñas, niños y adolescentes, si es rentable; los programas de vacunación contra la infección por VPH deben estar en vigor en todos los países, con tasas de vacunación para 2030 en al menos el 90% de adolescentes, preferentemente de ambos sexos, a la edad de 15 años. Por lo que la cooperación mundial debe promoverse para atacar los problemas de suministro de vacunas y garantizar las dosis suficientes en todos los países.
Las guías de práctica clínica (GPC) sobre la prevención primaria con la vacunación contra el VPH integrada a la prevención secundaria con la detección de CaCu se deben actualizar periódicamente, basadas en pruebas que incluyan recomendaciones sobre cómo evaluar a las poblaciones vacunadas; en 2030, al menos 70% de mujeres entre los 35 y 45 años deben tener una prueba de tamizaje basada en una prueba de virus del papiloma humano de alto riesgo (VPHar), la cual debe de haber sido examinada para detectar CaCu clínicamente dentro de los últimos cinco años. Esta cobertura debe alcanzarse como parte de un programa organizado; incluyendo innovaciones como la auto-toma para llegar a las mujeres que tal vez no participen en el programa de tamizaje regular; comunicar los resultados de las pruebas de VPH y aconsejar a las mujeres y a sus parejas para evitar ser estigmatizadas y crear vergüenza.
En los países, 90% de las mujeres con lesiones escamosas intraepiteliales de alto grado (HSIL) o neoplasia intraepitelial cervical grado 2/3 (NIC2/3), principalmente HSIL (NIC-3), deben ser tratadas dentro de los tres meses y aquellas con CaCu diagnosticado deben tener acceso a centros oncológicos apropiados, incluidos los cuidados paliativos para casos incurables.
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