ARTICULO

Recobrando el latido

Autores: Dra. Gabriela Pereira López y Dr. Juan Pablo Sandoval Jones
Adscritos al Departamento de Cardiología Pediátrica

Hace mil días cambió para siempre el mundo que conocíamos. En ese momento no nos imaginamos todo lo que sucedería. Era 27 de febrero del 2020 cuando se anunció el primer caso de Covid-19 en nuestro país. En un inicio, quizá de forma ingenua, suponíamos que las consecuencias no serían tan importantes. Estábamos muy equivocados. Poco tiempo después, los hospitales se “reconvertían” a un modelo enfocado en el manejo primordial de pacientes con esta nueva enfermedad de la que poco conocíamos y dejábamos de lado, al menos temporalmente, de concentrar toda nuestra labor en la disciplina médica que mejor conocemos, la cardiología pediátrica.

El Departamento de Cardiología Pediátrica del Instituto Nacional de Cardiología, hasta el 2020, atendía en consulta aproximadamente 8,000 pacientes al año, de los cuales 1,500 eran de primera vez y 6,500 subsecuentes. En marzo del 2020, pasamos de tener salas de espera llenas de niños que recibirían consulta por primera vez o control periódico por su cardiopatía -de las crayolas y canciones de princesas o animales- a una sala vacía y silenciosa. La situación obligó a dar atención remota a la mayor parte de nuestros pacientes mediante consulta telefónica permitiendo el seguimiento clínico de ellos, ajustes simples a sus medicamentos y la posibilidad de reagendar procedimientos pendientes. Desafortunadamente, con el mundo en pausa, muchos de los tratamientos resolutivos o paliativos de nuestros pacientes también tuvieron que esperar. El piso de hospitalización, acostumbrado a tener sus 43 camas disponibles siempre ocupadas, se convirtió de pronto en un área desierta.

Año con año, el departamento de cirugía cardiovascular en cardiopatías congénitas lleva a cabo entre 350 y 400 cirugías de corazón, en su mayoría procedimientos considerados de alta complejidad. Como consecuencia de la pandemia, el volumen de cirugías disminuyó considerablemente durante el 2020 alcanzando un máximo de 178 procedimientos. De acuerdo con lo publicado en el World Journal for Pediatric and Congenital Heart Surgery, a partir de abril de ese mismo año se dio pausa a cirugías electivas por un espacio de cuatro meses en nuestro Instituto, enfocando la prioridad de atención solamente a procedimientos considerados de urgencia.1 Cabe señalar que la disminución en el número de procedimientos no afectó el desempeño y se mantuvieron los más altos estándares de calidad quirúrgica incluyendo protocolos estrictos de detección contra Covid-19 y la prevención de infecciones. Hoy, el volumen de procedimientos quirúrgicos ha ido recuperando gradualmente su productividad acostumbrada, permitiendo que un inmenso número de pacientes a lo largo del territorio nacional reciban la atención quirúrgica que merecen.

Te invitamos a continuar con la lectura en la página 12 d Motu Cordis

 

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