ARTICULO

¿El corazón dañado se regenera?

Autor: Dr. Felipe Masso

Para contestar esta pregunta, primero haremos referencia a lo que ocurre cuando sufrimos una lesión en otras partes del cuerpo. Por ejemplo, si recibimos un rasguño superficial en la piel, ésta se regenera, es decir, el tejido dañado es sustituido por el mismo tipo de tejido y la zona de la lesión no se nota, sin embargo, si la lesión en la piel es más profunda o los bordes de la herida quedan separados, la piel no se puede regenerar, en lugar de ello se repara y se sustituye el tejido original por otro tipo de tejido fibroso, al que conocemos como cicatriz. Ésta, aunque repara el daño y no deja un hueco, no genera un tejido funcional, por lo que la cicatriz no cumple con las funciones del tejido que sustituye, por ejemplo, en una cicatriz en la piel no crece cabello, pues carece de folículos pilosos.

El caso del corazón es algo más complejo. Pero, empecemos por el principio, todos los tejidos y órganos que componen el cuerpo humano se originan de un complejo programa contenido en el ADN de las células sexuales, el ovocito y el espermatozoide, a partir de su unión se desencadenan una serie de procesos que permiten la formación de los diferentes órganos que componen nuestro cuerpo. La información genética contenida en cada una de nuestras células es, pues, la misma, sin embargo, durante el proceso de diferenciación que empieza a ocurrir inmediatamente después de la fecundación, siguiendo un programa específico, algunos genes son expresados, mientras que otros son silenciados, así, las células, tejidos y órganos se forman a partir de la expresión diferenciada de los genes contenidos en cada una de ellas. Este proceso hace que algunas células se vuelvan neuronas, otras hepatocitos y otras más cardiomiocitos, dando origen al tejido nervioso, al hígado o al corazón, aunque todas contengan la misma información genética en su núcleo.

Te invitamos a continuar con la lectura en la página 8 d Motu Cordis.

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