Dr. Juan Luis García Benavides * Subdirección de Intercambio y Vinculación INPer
Mtra. Shayla Nayeli Choreño Molina* Coordinadora de la Plataforma Educativa INPer
La pandemia causada por el coronavirus, iniciada hace más de un año, ha sido el motivo de múltiples cambios a nivel sociocultural donde la educación no ha sido la excepción, afectándose a todos los niveles. Sobre todo, la mayor parte de las actividades educativas presenciales indispensables para el recurso humano en formación dentro de las instituciones de salud, por lo que inevitablemente se suspendieron las asesorías presenciales para evitar un mayor contagio.
Según los datos publicados por la UNESCO, para el mes de abril del 2020 estas condiciones alcanzaron a más del 91% de estudiantes en todo el mundo. A pesar de la implementación de protocolos sanitarios y educativos no se logró reactivar el aprendizaje de manera presencial. Esto llevó en un inicio a una crisis para cubrir las necesidades en la impartición de programas académicos preestablecidos en cada unidad por no contar con la experiencia en el manejo de otros medios alternativos para solventar dichas parquedades impuestas por la inesperada afección mundial.
Fue aquí, donde la creatividad y la experiencia de algunos centros que ya venían trabajando con recursos a distancia tomaron la delantera para compensar la pérdida producida de este “descalabro en el aprendizaje presencial”. Sin embargo, en un país como el nuestro, donde el dominio de las tecnologías de la información se encuentra aún en desarrollo y solo cerca del 30% tiene acceso a servicios de internet y otro porcentaje menor cuenta con una computadora, la respuesta ha sido poco satisfactoria en algunos casos.
Te invitamos a leer más en la nueva edición de Domus Medicorum.