Sin embargo, como el colecho favorece el mantenimiento de la lactancia materna y esta a su vez “tiene un efecto protector frente al SMSL”, la AEP tampoco contraindica esta práctica. Se limita a no recomendarla ante ciertas circunstancias: lactantes menores de tres meses, prematuridad o bajo peso al nacer, padres que consumen tabaco, alcohol o drogas, situaciones de mucho cansancio (como el inmediato posparto), sobre superficies blandas o no apropiadas (sillones, sofás, etc.) o camas compartidas con otras personas.