Autora: Dra. Laura Leticia Rodríguez
Iniciando el siglo XX, en 1903, hubo una epidemia de peste bubónica en Mazatlán. En ese entonces el Gobierno Federal envió 820 mil pesos para “atender las necesidades más urgentes del puerto” relacionadas con la asistencia de los atacados y la extensión de la epidemia”. Se construyeron barracas para aislar a los contactos de los enfermos y se desinfectaron o destruyeron las casas de los afectados, lo que perjudicó más a la gente pobre e hizo que la mitad de la población migrara del puerto bajo estrictas medidas sanitarias (1).
En 1915, en el Distrito Federal hubo una epidemia de tifo, enfermedad grave que estuvo presente durante varios siglos de la historia de México. El general Ignacio Zaragoza murió prematuramente a los 33 años a consecuencia de ésta. Fue descubierta en México por el doctor Howard Taylor Ricketts durante la epidemia de 1909 y le causó la muerte en 1910. Se transmite por piojos infectados por la bacteria Rickettsia typhi o Rickettsia prowazeki que excretan en las heces y se introducen en las heridas por rascado. No debe confundirse la tifo con la fiebre tifoidea (2).
La epidemia del tifo fue considerada una emergencia sanitaria y “dada las proporciones alarmantes y gravísimas, y su amenaza de propagarse a otras zonas de del país”, se estableció una policía especial sanitaria compuesta de 10 médicos inspectores, 30 ayudantes y 150 agentes especiales de sanidad quienes dependían del Consejo Superior de Salubridad y vigilaban desde casa habitación hasta los lugares públicos de reunión. En el documento del 9 de diciembre de 1915 el gobierno ordenó varias disposiciones:
En 1918, mientras terminaba la Primera Guerra Mundial y en México continuaba la Revolución Mexicana, ocurría la pandemia de la gripa española, causada por la influenza AH1N1 y que ocasionó la muerte de 300 mil a 500 mil mexicanos. La población de 20 a 40 años fue la más afectada. El pabellón 25 del Hospital General, se acondicionó para aislar esos enfermos(3). Todo el territorio nacional estuvo afectado excepto Baja California. Cada estado emitía sus recomendaciones como el de la Oficina de Salubridad de Puebla del 19 de octubre de 1918.
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