Para muchas personas tener un animal en la familia es una de las elecciones más positivas de su vida. Las investigaciones muestran que, ya sea a tiempo total o parcial, la relación con un perro o felino puede aportar beneficios físicos y psicológicos a la salud global.
Al contar con una mascota en el hogar, las personas se sientan más protegidas, también puede ayudar a evitar estados como la depresión por sentimiento de soledad, ya que su compañía estimula el contacto físico y la comunicación.
Cuando una persona mantiene un vínculo con una mascota, tiene un motivo para levantarse de la cama. Quizá no tenga ganas de hacer nada, pero sabe que debe darle de comer y en el caso de los perros, por ejemplo, sacarle a la calle. Es frecuente que la persona deprimida no se desahogue con nadie, pero quizá sí se siente capaz de hablarle a su mascota.
El equipo de la psiquiatra Sandra Baker de la Universidad Commonwealth de Virginia (EEUU) midió las ondas cerebrales de distintos dueños de perros antes y después de pasar un rato con ellos. Estos estudios han revelado que tener una mascota y acariciarla frecuentemente, ayuda a reducir los sentimientos de estrés, ansiedad y depresión. Por lo que se aconseja acariciar, jugar, pasear e incluso hablar con las mascotas para despejar la mente y sentir bienestar.
Un experto de las Instituciones Médicas Johns Hopkins en Estados Unidos asegura que entre los humanos y el cuidado de un animal existe una conexión probada.
La investigación ha mostrado que tener un mascota proporciona una variedad de beneficios para la salud, señala Jeremy Barron, director médico del Centro Beacham de Medicina Geriátrica de la Johns Hopkins.
“Si no estás listo para un amigo peludo a tiempo completo en tu casa puedes ofrecerte a pasear el perro de algún vecino, cuidar del gato de un amigo o donar tu tiempo a algún refugio de animales de tu localidad, incluso interacciones cortas proporcionan algunos de estos beneficios”, apunta Barron.