El sueño poco reparador ha sido relacionado con numerosos problemas. En 1942, el promedio era de casi 8 horas de sueño cada noche, ahora ha bajado a 6.8 horas promedio.
Una revisión de 153 estudios en los que participaron más de cinco millones de personas encontró que no dormir lo suficiente estaba asociado de forma significativa con la diabetes, la alta presión sanguínea, las enfermedades de corazón y la obesidad.
Privar a las personas de suficiente sueño durante apenas unas pocas noches consecutivas puede ser suficiente para llevar a adultos saludables a un estado prediabético.
La privación de sueño debilita el sistema inmune haciéndonos presa fácil de infecciones.
Quienes no duermen lo suficiente también producen un exceso de la hormona ghrelina, vinculada con la sensación de hambre, y, al mismo tiempo, tienen una insuficiente producción de la hormona leptina, asociada con la sensación de saciedad, lo que podría contribuir con el riesgo de obesidad.