ARTICULO

EL SERVICIO SOCIAL EN TANATOLOGIA: UNA EXPERIENCIA TRASCENDENTE

Autora: Karen Abigail Mendoza Hernández

Cuando escuchamos la palabra Tanatología solemos asociarla con la preparación para morir. Así como socialmente existe la errónea idea de que la terapia psicológica únicamente es para aquellos sujetos etiquetados como “locos”, también se cree que la Tanatología es aplicable sólo a las personas cuya trágica e inevitable muerte está cercana.

Aunque en mi universidad realizamos investigaciones de corte cualitativo cada trimestre, en las que el trabajo de campo incluye tratar con todo tipo de sujetos, lo cierto es que ingresar a un hospital significaba para mí una dimensión completamente distinta a todo lo que había hecho hasta entonces. Antes de ingresar al área de Tanatología y Apoyo Vital del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, con la intención de realizar mi servicio social, podía incluirme dentro del grupo de personas que creían que la Tanatología se reducía a la muerte. Sin duda, Tanatología es una palabra que impone y que incluso puede causar temor al ser escuchada.

Mientras el trámite de ingreso se realizaba, yo ya me estaba preparando mentalmente para las situaciones difíciles que creía que escucharía y para el ambiente melancólico y desolador que imaginaba encontrar y en el cual me insertaría. ¿Por qué consciente o inconscientemente nos resistimos a hablar sobre la muerte? ¿Quién diría que en el área de Tanatología de un hospital también habría lugar para las risas, las bromas, los chascarrillos y la alegría?

Los días miércoles, en los grupos de encuentro del 7° piso, entré en contacto con los pacientes hospitalizados y sus familiares, quienes me enseñaron la importancia del trabajo en equipo en situaciones tan críticas como la enfermedad. En el 2° piso pude ver…

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