Autora: Lic. Claudia María Ruiz Rabasa
La pandemia reciente ha generado un aumento de la ansiedad, la hospitalización y la muerte en varios grupos de pacientes y, lo que es peor, ha provocado una tremenda alteración global de la vida tal como la conocíamos en el pasado. Tras el aumento inicial de las infecciones, ha habido un cambio de enfoque en un nuevo grupo de sobrevivientes de la enfermedad, el llamado COVID pos agudo, que también se conoce como el Síndrome de COVID de larga duración o COVID largo.
Este síndrome aparece en el 20-25% de los enfermos que tuvieron COVID-19 de leve a grave, hasta el 50% de los hospitalizados y el 10% de los vacunados.
Los síntomas más comunes que se han observado en este grupo de COVID de larga duración son la fatiga, palpitaciones rápidas, mareos, dolor generalizado del cuerpo en músculos y articulaciones, dificultad para respirar, pérdida del gusto y olfato, confusión mental, concentración, alteraciones del sueño, perfiles elevados de colesterol, malestar, hipotensión o hipertensión arterial. También estos síntomas pueden ocurrir en pacientes después de la vacunación con COVID-19 sin importar el tipo de vacuna.
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