B.M. Mitzuko Katoku Herrera
Coordinadora del Sistema de Gestión de Calidad del Banco de Sangre
La importancia y el crecimiento que ha tenido la Medicina Transfusional en los últimos años se ve reflejada a nivel mundial y organizaciones internacionales realizan guías transfusionales cada vez más estrictas, por ello la obtención de sangre segura se complica con el paso de los años teniendo que modificar las normas y ajustarlas al modo de vida de nuestra época. Las enfermedades crónicas, las modas y los cambios en la alimentación forman parte también de este ajuste.
La Secretaría de Salud por medio de la Guía para el uso clínico de la sangre menciona que: “La disponibilidad de la sangre y sus componentes es un asunto de orden público e interés nacional, porque es un bien irremplazable y necesario, cuya única fuente de obtención es el ser humano y el cual debe emplearse en condiciones de equidad, raciocinio y humanidad en el acceso”.
En contexto, la OMS declara que para que las transfusiones se puedan considerar seguras depende, en primera instancia, de que los donadores no presenten algún agente infeccioso, como es el caso de los donadores familiares, quienes muestran un alto índice de enfermedades. Es relativamente frecuente observar que, si la familia del paciente necesita llevar varios donadores al hospital, el donador puede sentirse obligado a realizar la donación y sentirá la necesidad de ocultar información para que el paciente pueda recibir la sangre que necesita o pueda programar su cirugía o incluso ser admitido en el hospital.
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