Autor: L. A. José Luis Hernández Tlapala
Adscrito a la Subdirección de Planeación
En alguna edición anterior de Motu Cordis hemos hecho referencia a la comparación de la vida de una empresa u organización con la vida humana: nacer, crecer, desarrollarse, dar frutos…
El Instituto Nacional de Cardiología cumplió ya sus primeros 80 años de vida, fue concebido como un gran sueño, nació, dio sus primeros pasos y poco a poco fue haciendo sentir su fuerza y su luz, que han fortalecido e iluminado la vida de muchas personas a lo largo de este tiempo. Ha crecido y se ha desarrollado hasta convertirse en un referente a nivel internacional en la atención de afecciones cardiovasculares.
Sus frutos han sido fundamentales en las diversas áreas del conocimiento que su fundador integró para sentar su misión: la investigación, la enseñanza y la atención médica cardiovascular de alta especialidad. Estos frutos podemos verlos como estrellas en el gran firmamento creado por el esfuerzo de muchas generaciones de mujeres y hombres, y que han tomado forma a lo largo de este tiempo en las diversas técnicas creadas en el Instituto, las innovaciones tecnológicas desarrolladas y los protocolos de investigación de punta, que han guiado y siguen guiando la labor de investigadores, docentes, médicos, y de los cuales guardamos memoria en las publicaciones especializadas que aprehenden y difunden esas memorias y ese pensamiento que ha sentado las bases de un mayor conocimiento.
Dentro de este firmamento, gracias al esfuerzo de algunos y a la confianza de otros, nació hace ya 10 años Motu Cordis, que retoma la filosofía institucional del fundador y se actualiza con la visión de quienes han tenido la responsabilidad de la conducción de nuestra institución y que, durante este tiempo, ha ido integrando a extraordinarios pensadores y escritores en diversas áreas del conocimiento: científico, administrativo, histórico, literario y cultural.
Te invitamos a continuar con la lectura en la página 12 de Motu Cordis
