Autor: Dr. Ángel Romero Cárdenas
Una emoción verbalizada se convierte en palabras, genera más emociones. Decir con palabras lo que tú quieras expresar, narrar una emoción como has querido hacerlo. Contar con palabras tus vivencias. Revelar tus miedos, angustias y amores, tus recuerdos. Anticipar tus deseos. Las emociones nos mueven o nos paralizan. Ahí va un navío… Cargado, cargado de… historias. Cada “Relato” es una experiencia narrativa, es un experimento, es un ejercicio de libertad pura. La imaginación no tiene límites.
Así como la Nao de China navegaba cargada de tesoros, repleta de sueños, aquí también tenemos algo para cada quien. Si algo buscas o algo necesitas…, lo tenemos… Si no sabes qué buscas o qué necesitas… lo tenemos… Para cada pregunta tenemos una respuesta… Para cada problema una solución… Para cada queja un oído atento… Para cada sufrimiento un consuelo… Para cada llanto… un hombro… Para cada desánimo una esperanza.
Nuestra mente divaga, viaja y se mueve en todos los tiempos, el cuerpo siente lo que pasa hoy. Aun cuando tengamos el recuerdo, en este momento –cualquiera que sea ese momento–, sentimos la molestia, la incomodidad, el dolor o el placer de hoy, no de ayer ni el de mañana. Dejemos la depresión que viene del pasado, la ansiedad que nos genera el futuro y tratemos de conseguir la paz en el presente.
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