ARTICULO

Dermatitis de la vulva

Víctor Manuel Vargas Hernández1, Giselle Denise Saike2

RESUMEN

La dermatitis vulvar endógena es un trastorno atópico y la dermatitis vulvar exógena es un tipo de dermatitis de contacto causada por un irritante o alérgeno. La sintomatología más común de la dermatitis vulvar es el prurito, que es intenso y nocturno. Otros síntomas incluyen ardor, aspereza o escozor. Los signos físicos dependen de la cronicidad de la enfermedad e incluyen eritema, pápulas y liquenificación. La automedicación, frotamiento persistente, rascado debido a la irritación/prurito, y el lavado excesivo de la vulva por mujeres obsesivas por la falta de limpieza suelen agravar la dermatitis. El diagnóstico de la dermatitis vulvar endógeno o exógeno se hace clínicamente, con base en la sintomatología característica, antecedentes personales o familiares de atopia o personal de exposición de la vulva a medicamentos, perfumes u otros productos químicos. La infección debe ser excluida por cultivos para candidiasis, VHS (si se observan fisuras o úlceras) y posibles patógenos bacterianos. En los casos dudosos que no responden al tratamiento, las pruebas y/o biopsia son necesarias para identificar el alérgeno, sustancia irritante o dermatosis subyacente. El manejo de la dermatitis vulvar involucra cambios en los hábitos personales e higiénicos y uso de medicamentos. Una explicación de la condición, haciendo hincapié en la necesidad de un tratamiento a largo plazo con regímenes de mantenimiento y vigilancia para prevenir y diagnosticar las infecciones recurrentes por levaduras son factores importantes para el éxito. El tratamiento que no interrumpe el ciclo de comezón-rascado no dará mejoría clínica consistente y prolongada. Los baños de agua caliente alivian temporalmente las molestias vulvares; evitar la humedad con vaselina, un antihistamínico sedante como la hidroxizina (10 mg a las 7:00 pm) ayuda a controlar la comezón y el rascado nocturno. Para las mujeres con síntomas leves, pomadas tópicas de corticosteroides de baja a mediana potencia en lugar de corticoides de alta potencia o terapia intralesional. La hidrocortisona al 1 o 2.5%, desonida 0.05%, triamcinolona 0.1% en pomada se aplica todos los días por dos a cuatro semanas, luego dos veces por semana de forma indefinida con la frecuencia mínima necesaria para controlar el prurito. Para mujeres con síntomas de moderados a graves, sugerimos pomada con corticoides de mayor potencia (por ejemplo, propionato de clobetasol o dipropionato de betametasona al 0.05%) más que los corticosteroides intralesionales. El esteroide tópico se aplica a la hora de acostarse durante 30 días. Para las mujeres en quienes corticoides de alta potencia han fracasado sugerimos una inyección intralesional de acetónido de triamcinolona en lugar de inhibidores de la calcineurina.

Palabras clave: vulva, corticosteroides, alérgenos, eritema, liquenificación

INTRODUCCIÓN

La dermatitis vulvar (también llamada eczema vulvar) es la dermatosis vulvar más común en mujeres. Entre un tercio a la mitad de las molestias en la vulva se derivan de este problema. Se desarrollan en forma aislada o forman parte de dermatitis en otras áreas del cuerpo. Las mujeres que hayan experimentado dermatitis vulvar, irritación crónica y/o prurito, con rascado persistente en vulva, presentan cambios histopatológicos en la dermis, denominado hiperplasia escamosa o liquen simple crónico. Existen dos tipos de dermatitis la endógena y exógena.

Te invitamos a leer más en la Revista de Enfermedades del Tracto Genital Inferior.

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