Autor: Dr. Jorge Gaspar Hernández
Director General del INC
Al hojear (y ojear) un libro de fotografía, si nos detenemos en una página, esta acción destaca a la fotografía que muestra entre las que vimos antes. ¿Qué hizo que nos detengamos ante esa imagen? La respuesta puede ser un simple “me gustó”, o “me sorprendió”, o quizá, “me intrigó”.
Ciertamente, haber prestado más tiempo a cierta fotografía es porque nos provocó una reacción o reacciones, que pudieron ser primitivas, subjetivas, o acaso también nos motivó a las analíticas.
Por reacción primitiva me refiero a la respuesta primordial provocada por un estímulo sensorial. En los vertebrados, todo estímulo sensorial llega a la amígdala cerebral, la región más primitiva del sistema límbico. Una de sus funciones principales es detectar lo relevante de dichos estímulos por si requieren reacciones programadas para preservar la vida o evitar el daño y dolor: pelear, huir/esquivar, o quedar inmóvil (fight, flight, freeze). En la especie humana esta respuesta es altamente regulada por el resto del sistema límbico que origina reacciones más evolucionadas con base en experiencias previas y conocimiento (Anat Sci Int 2017; 92:18-24), y genera emociones (Biomolecules 2021; 11(6):823-881). Por ello, el estímulo visual de una fotografía puede producir sorpresa, agrado, curiosidad; pero también horror (sucedáneo del temor) o desagrado. En la especie humana esta respuesta es altamente regulada por el resto del sistema límbico que origina reacciones más evolucionadas con base en experiencias previas y conocimiento (Anat Sci Int 2017; 92:18-24), y genera emociones (Biomolecules 2021; 11(6):823-881). Por ello, el estímulo visual de una fotografía puede producir sorpresa, agrado, curiosidad; pero también horror (sucedáneo del temor) o desagrado. Por ello, el estímulo visual de una fotografía puede producir sorpresa, agrado, curiosidad; pero también horror (sucedáneo del temor) o desagrado. Si la fotografía nos perturbó podríamos verla más o fondo para averiguar la razón, o la evadimos por disgusto; si no incitó respuesta, la ignoramos. Otras reacciones más sofisticadas son asombro, placer, diversión (la risa incluida), añoranza/melancolía/tristeza (inclusive llanto), y consternación. Así, una reacción primitiva con sus grados de sofisticación pudo ser lo que nos hizo dar atención a determinada fotografía.
Te invitamos a continuar con la lectura en la página 8 de Motu Cordis