Víctor Manuel Vargas Hernández,1 Clemente Alejandro Moreno Collado2
RESUMEN
La historia clínica completa, en pacientes con lesiones vulvares, el interrogatorio sobre la presencia de lesiones no vulvares, el cuidado normal de la piel y las rutinas de higiene son información sugerente de enfermedad sistémica más que una enfermedad vulvar primaria o exógena en lugar de origen endógeno. La vagina, cuello uterino, ojos, boca, fosas nasales y regiones intertriginosas deben examinarse cuando el diagnóstico es incierto, pues debido a las lesiones vulvares pueden ser una manifestación atípica o típica de una enfermedad extendida, y el reconocimiento de la participación en otros sitios ayuda al diagnóstico. La mayoría de HSIL de la vulva son multifocales y están situadas en la piel sin pelo de la vulva. Las lesiones son a menudo elevadas o verrugosa y blancas, pero el color puede ser rojo, rosa, gris o marrón. Lesiones maculares se producen principalmente en las superficies mucosas adyacentes. La colposcopia ayuda a definir el grado de la enfermedad vulvar y guía la toma de la biopsia, cuando se requiere. Debido a la alta prevalencia de lesiones sincrónicas multicéntricas o intraepiteliales vulvares metacrónicas, la evaluación colposcópica completa de todo el TGI y el área perianal está indicada en todo paciente con VIN. Las indicaciones para la biopsia de vulva son las lesiones clínicamente sospechosas de malignidad que se presentan con asimetría, bordes irregulares, variación de color, cambio rápido, hemorragia o úlceras que no cicatrizan; incapacidad de hacer un diagnóstico mediante inspección visual y otros métodos no invasivos y falta de resolución de la lesión después del tratamiento estándar.
Palabras clave: sincrónica, multicéntrico, lesiones metacrónicas, piel, biopsia.
INTRODUCCIÓN
La patología de la vulva tiene un amplio espectro en el desarrollo de lesiones benignas, premalignas y malignas. El reto para el clínico es diferenciar entre las variantes normales, hallazgos benignos, premalignas y cáncer.1
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