ARTICULO

La importancia de que los hermanos se acompañen durante el proceso de hospitalización

Autora: Mtra. Sofía Vega Hernández
Servicio de Tanatología

La experiencia de los adultos ante un hijo enfermo es muy diferente a la de los hermanos del paciente recién nacido o lactante menor hospitalizado, en especial cuando los hermanos tienen características muy peculiares como la edad y el número de hijo que era el hermano antes de nacer el nuevo integrante de la familia. Hoy, los expertos expresan tres aspectos importantes: que no todos los hermanos menores de edad reaccionan al estrés de la misma manera, que cualquier cambio de conducta o emoción expresada es normal y muy esperada, y que siempre hay opciones para apoyarlos y ayudarlos a adaptarse a las nuevas circunstancias de la vida como la hospitalización o muerte de su hermano. Con frecuencia los hermanos menores, aunque son informados por sus padres, no comprenden por qué viajan con su hermanito o cuál es el motivo para que no regresen pronto. Esto genera sentimientos de soledad, abandono y enojo teniendo como consecuencia cambios en la conducta del hermano sano. Lo anterior genera en los padres una percepción de falta de control y una reacción emocional de molestia o frustración.

A continuación, la Sra. O. nos comparte la experiencia con su hija de ocho años.

A los cuantos días de que nació V. nos dimos cuenta de que tenía graves problemas de salud, lo cual nos impactó mucho como familia, pero creo que lo resintió más la menor de nuestras hijas, especialmente cuando tuvimos que viajar a la Ciudad de México con su hermanita para que recibiera la atención necesaria. Al paso de los días estaba más triste por nuestra ausencia. Cuando me comunicaba con ella, me pedía exigentemente que ya me regresara a casa y me llevara a su hermanita porque decía la extrañaba mucho; yo le explicaba que no podía porque ella estaba delicada de salud y necesitaba cuidados especiales y de alguna forma pensé que ella lo entendía. Pero cuando nos comunicábamos con nuestras hijas, constantemente se quejaban del comportamiento de A., diciendo que no quería ir a la escuela, no quería hacer tareas, no quería bañarse y no comía bien, lo que a mí me preocupaba mucho. Yo le pedí varias veces de favor que se portara bien, que cumpliera con sus responsabilidades, pero a veces lloraba y me decía que sus hermanas le presionaban mucho y me volvía a pedir que me regresara.

Los expertos recomiendan que para favorecer la adaptación en los hermanos menores de edad hay que integrarlos a la realidad apoyándose de una o dos visitas a su hermanito hospitalizado, ya que su imaginación se queda muy limitada y aunque los padres les expliquen a los niños, no logran comprenderlo. La Sra. O comparte cómo se da cuenta de lo antes mencionado…

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