ARTICULO

Los ovocitos de la rana Xenopus como modelo experimental para el entendimiento de la biología y la salud humana

Autora: Dra. Adriana Mercado
Departamento de Bioquímica

Muchos de los conocimientos actuales sobre los mecanismos de desarrollo temprano en vertebrados, la función de decenas de proteínas de poca abundancia e incluso algunas enfermedades humanas, son el resultado de estudios realizados por científicos que han utilizado como modelo experimental a las ranas Xenopus laevis, conocidas como ranas de uñas africana.1 Esta especie es originaria del sur de África, aunque actualmente y por su uso en investigación ya se les encuentra en todo el continente africano, así como en sitios de Europa y en América, donde se reproducen y mantienen en laboratorios desde hace varias décadas.

Las ranas de la especie Xenopus laevis son anfibios totalmente acuáticos. Cuando son adultas pueden llegar a medir hasta 15 cm de longitud y tienen un ciclo de vida cuya madurez se alcanza a los 12 meses. Son de aspecto inusual, ya que poseen el cuerpo aplanado y una cabeza pequeña con ojos que carecen de párpados, las extremidades posteriores son musculosas, con los dedos de las patas palmeados y con garras o uñas (de ahí su nombre), mientras que las extremidades delanteras son cortas y las utilizan para llevar el alimento a la boca. Usualmente estas especies tienen la piel moteada de color verdoso y gris en el dorso, que les permite camuflarse de los depredadores, y la parte inferior en una tonalidad amarillenta clara; no obstante, pueden encontrarse individuos de otros colores e incluso albinos. Otra característica de las Xenopus laevis, como de muchos otros organismos en el reino animal, es que presentan dimorfismo sexual, es decir, tienen diferencias que permiten distinguir entre machos y hembras, tales como patrones de pelaje, cambio en la coloración o diferencia en la talla; en el caso de las Xenopus laevis, las hembras son más grandes que los machos, como se aprecia en la figura 1A.2

Las ranas Xenopus laevis son organismos que presentan un genoma de 18 cromosomas, cada uno con cuatro copias, lo que se denomina alotetraploidía.3 Esta característica ofrece a los investigadores la oportunidad de profundizar en los procesos genéticos, evolutivos y de desarrollo, así como de entender la interacción de los genomas. Desde el punto de vista biológico, son los anfibios mejor estudiados y cuentan incluso con su propia base de datos, conocida como xenbase.org. Esta herramienta ha permitido a los científicos modelar enfermedades humanas, es decir, recrear una condición anormal de la biología del ser humano o imitar alguna enfermedad usando como modelo experimental a los ovocitos o a los embriones de las Xenopus laevis, con la finalidad de predecir el curso de la enfermedad o evaluar estrategias para su tratamiento y/o control.

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