Autor: L. A. José Luis Hernández Tlapala
Adscrito a la Subdirección de Planeación
La doctora en Ciencias Genómicas Nonanzit Iracema Pérez Hernández y el doctor en Ciencias Biomédicas José Manuel Rodríguez Pérez, son investigadores en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. Ellos llegaron a este Instituto, hace más de 20 años, a realizar su servicio social en investigación; ambos estudiaron Química Clínica en la Universidad Veracruzana (UV). La doctora Nonanzit es originaria de Xalapa, Veracruz y el doctor José Manuel de Loma Bonita, Oaxaca. Los dos coinciden en que siempre tuvieron como meta realizar estudios de posgrado y desarrollarse como investigadores en el área biomédica. Llegaron a la Ciudad de México siendo amigos, lo que les facilitó tener siempre una relación cordial y de compañerismo dentro y fuera del laboratorio; al encontrarse sin familia en esta ciudad siempre se apoyaban, incluso en el estudio.
Nonanzit o Nona, como también se le conoce de forma cariñosa, recuerda que su tía Lupita era catedrática de la UV y ella le inculcó el amor por la ciencia, ya que desde niña la llevaba con frecuencia al hermoso Jardín Botánico de Xalapa, donde se encuentra el Instituto de Ecología, el cual visitaba por trabajo y ella esperaba ahí a su tía por largo tiempo. Además, visitaban los museos que siempre despertaron su curiosidad por saber más. Como buena xalapeña le encanta el café y su pasión por éste le ha hecho acercarse a conocerlo un poco más, así como a asistir a algunas degustaciones de este delicioso producto. Ama su ciudad natal, su cultura, su gente y cuando se encuentra en Xalapa disfruta asistir a algunas exposiciones o puestas de teatro que organizan la Facultad de Artes o de Música de la UV, que por cierto son de las mejores del país. Uno de sus grupos favoritos es el Tlen Huicani, el cual interpreta música folclórica, ya que al escucharlo siente menos nostalgia por su familia y su terruño. Aparte de su profesión, otra de sus grandes pasiones es la cocina, ya que su abuelita paterna “Doña Luchita” y su tía Tete le enseñaron el amor por ésta, cocinar es como una terapia para ella y le encanta preparar los platillos de tradición familiar.
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