Autora: Mtra. Sofía Vega Hernández
Servicio de Tanatología
Próximamente se cumplirán cinco años con el programa de acompañamiento a padres del recién nacido o lactante menor con cardiopatía congénita, el cual es liderado por la Dirección de Enfermería, a través del Servicio de Tanatología. Dicho programa surgió como consecuencia de un acto compasivo, ya que una paciente adulta con cardiopatía congénita propuso la donación de los pulpos tejidos a mano. La Dirección de Enfermería vio en ello una oportunidad para el desarrollo de un programa de atención emocional apoyándose de la figura y simbolismo de donar y de la experiencia del Servicio de Tanatología para la asignación de dicho proceso. Este programa tiene el objetivo de preservar el vínculo afectivo en el trinomio padre, madre e hijo. En esta ocasión, queremos compartirles las experiencias de cuatro usuarios, ya que en dos números anteriores de Motu Cordis hemos compartido la perspectiva del Servicio de Tanatología (mayo-junio 2021, año 7, número 33 y julio-agosto 2021, año 6, número 34).
Experiencia de los padres al saber del programa de acompañamiento
F es una mamita que comparte que su hijo nació aquí en el Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez; refiere que, al entrar al programa de acompañamiento, abrió su consciencia de que hay más bebés en las mismas circunstancias. En el programa vio una oportunidad de sobrellevar su situación en el hospital, una esperanza para tener más contacto con su bebé y para apoyarse de alguien más (refiriéndose a los tanatólogos).
J es un papito que expresa darse cuenta de que el programa les permitiría ayudar a su hijo, ya que, a través del aroma de ellos, el bebé no se sentiría solo y tanto las enfermeras como ellos podrían calmarlo, en caso de que llore, con el pulpo.
Te invitamos a continuar con la lectura en la página 24 de Motu Cordis