Víctor Manuel Vargas-Hernández1, Víctor Manuel Vargas-Aguilar2
RESUMEN
El tamizaje para la detección del cáncer de cuello uterino (CaCu) está transitando de la citología o prueba de Papanicolaou (Pap) a la detección de la prueba de virus del papiloma humano de alto riesgo (VPH-ar) primaria, basado en la evidencia para este cambio, con opciones de apoyo o triage para los resultados en la prueba de VPH positivo con innovaciones de mejor acceso. La prueba de mayor especificidad como la citología la hace una opción para triage en prueba de VPH positivos; pero se han recomendado la citología y el genotipado para todas las pruebas de VPH positivos, especialmente para los otros VPH-ar, positivos del pool; pero VPH-16/18 negativos. Se ha demostrado que la detección con la prueba de VPH primaria es efectiva, económica y aceptable para las mujeres, especialmente en países emergentes; el uso de la tinción dual (DS) para clasificar los resultados VPH positivos tiene mayor sensibilidad y especificidad que el genotipado VPH-16/18 o la citología en el triage. Conclusión: la transición a la Prueba de VPH primaria en lugar de la Pap en la detección del CaCu presenta muchos desafíos. La evidencia lo respalda por su mejor sensibilidad, y las opciones de triage o apoyo en las pruebas de VPH están mejorando.
Palabras clave: tamizaje, citología, pruebas de VPH y triage, colposcopia, cáncer de cuello de útero.
ANTECEDENTES
El cáncer de cuello uterino (CaCu) es un problema de salud mundial importante con un estimado de 604,127 casos nuevos y 341,831 muertes en 2020.1 Casi 85% de la enfermedad afecta a países de bajos y medianos ingresos (LMIC), la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el objetivo de que todos los países alcancen y mantengan una tasa de incidencia inferior a 4 por cada 100,000 mujeres para 2030, como parte de la Estrategia Global para Acelerar la Eliminación del CaCu. Aunque la citología o prueba de Papanicolaou (Pap) tradicional ha sido la piedra angular de los programas de tamizaje, su sensibilidad de 50% y las limitaciones en la accesibilidad requieren nuevas estrategias para lograr la eliminación del CaCu. El descubrimiento de que la infección con el virus del papiloma humano de alto riesgo (I-VPH-ar) u oncogénico persistente es un paso esencial en el desarrollo del CaCu que condujo al desarrollo de las pruebas de diagnóstico basadas en VPH-ar, que tienen mayor sensibilidad que la citología (96.1% vs 53.0%), pero un poco menor de especificidad (90.7 frente a 96.3%) para la detección de neoplasia intraepitelial cervical grado 2 o mayor (NIC-2+).2-6 Inicialmente, la prueba del VPH se incorporó como un método para clasificar los resultados de la Pap con células escamosas atípicas de significado indeterminado (ASC-US), posteriormente surgió el concepto de pruebas conjuntas o Co-testing (Pap más prueba de VPH),2-5 que han demostrado eficacia en la detección primaria del VPH.4-6
En 2020, la OMS recomendó las pruebas de ADN del VPH como método de detección primaria a partir de los 30 años, con pruebas periódicas cada 5 a 10 años, para la población en general.7 Actualmente, la prueba de VPH-ar primaria se ha adoptado en varios países, aunque existen actualmente tres estrategias de tamizaje aceptables: Pap, Co-testing y prueba de VPH-ar primaria. La figura 1 describe el desarrollo de las pruebas de tamizaje para CaCu.
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