Autor: L.A. José Luis Hernández Tlapala
Adscrito a la Subdirección de Planeación
Pum pum… Pum pum… Pum pum… Querido lector o lectora que tienes ahora en tus manos esta revista ¿escuchas este sonido…?
Pum pum… Pum pum… Pum pum… No, no es un ruido de la calle… No es la televisión…
Pum pum… Pum pum… Pum pum… Trata de concentrarte para escucharlo…
Éste es el sonido que te ha acompañado a partir de las primeras cuatro o cinco semanas de tu concepción…
Un sonido al que pocas veces le prestas atención. Seguramente no es fácil que lo percibas, y no sólo por el ruido exterior que te envuelve y te distrae, sino porque difícilmente ponemos atención a los sonidos naturales de nuestro cuerpo y de los órganos que lo integran.
Este sonido, expresado con la onomatopeya “pum pum… pum pum” o “tum ta… tum ta…”, es el de un corazón sano, el primer órgano que aparece durante el desarrollo del ser humano y que le acompañará durante todos los días de su vida hasta su muerte.
Si prestas atención, en un momento de silencio y tranquilidad podrás escucharlo y sentirlo. Sucede algo similar con nuestra respiración, un acto involuntario, en el que no reparamos y al que no le damos mayor importancia hasta el momento que nos presenta alguna molestia.
Te invitamos a continuar con la lectura en la página 10 de Motu Cordis