El comer de forma irregular hace que el organismo se desestabilice provocando problemas con la digestión.
Una de las cosas que le pasa a tu cuerpo cuando te saltas la comida es que este se queda sin energía para seguir funcionando correctamente.
A través de los alimentos tu organismo obtiene “el combustible” que necesita, principalmente de la glucosa.
Cuando llevas muchas horas sin comer desciende el nivel de azúcar en sangre, es decir de glucosa, y escasea la energía. Durante un periodo de ayuno prolongado el glucógeno presente en el organismo tiende a disminuir, y cuando disminuye hay menos “alimento” para las neuronas. Por ello existe un aumento en el nerviosismo, la ansiedad y la irritabilidad.
Además, pronto los niveles de insulina suben y bajan el azúcar en sangre, afectando directamente en nuestro desempeño físico y en la memoria.
Otra cosa que sucede al saltarse comidas durante el día y comer una comida abundante por la noche provocaba niveles elevados de glucosa en ayunas y una respuesta retardada a la insulina lo que a largo plazo, podía provocar diabetes.
Por otro lado, cuando tienes mucha hambre sueles comer muy rápido lo que hace que tu cerebro tarde más en percibir que está saciado, y comas más de la cuenta.
Por ello es importante no saltarnos ninguna comida, además de tener una dieta balanceada.
