LTS. Martha Guillermina Molina Castro
En 2020, el virus SARS-CoV-2 sorprende al mundo. Este pertenece a la familia de los ocho coronavirus y es conocido por su gran capacidad infecciosa, rápida transmisión y por manifestarse clínicamente como un síndrome respiratorio que ha provocado la muerte de más de seis millones de personas a nivel mundial.
La COVID-19 es la enfermedad causada por el nuevo coronavirus conocido como SARS-CoV-2. Esta pandemia impactó en todos los ámbitos de la sociedad al propagarse de forma desmedida entre los humanos, aunado al desconocimiento al que la población se enfrentaba y como podía controlarse. El área médica tuvo que afrontar nuevos retos, motivando a que los profesionales de la salud encaminaran sus esfuerzos y conocimientos para contribuir al manejo de esta emergencia sanitaria.
Al igual que el resto de los hospitales del mundo, el Instituto Nacional de Perinatología Isidro Espinosa de los Reyes se vio obligado a reorganizar no solo sus instalaciones sino hasta sus protocolos de atención ante la demanda de pacientes que resultaron positivas a COVID 19, destinando un espacio exclusivo para la atención de esta población, tanto para las madres gestantes como para los recién nacidos. Esta situación repercutió en el manejo de pacientes en diferentes disciplinas involucradas en la atención a la salud, entre ellos Trabajo Social.
Los profesionales de Trabajo Social se caracterizan por mantener un trato cercano o directo con las pacientes y sus familiares además de brindar un manejo integral. Sin embargo, durante la pandemia por COVID-19 se presentaron algunas limitantes, especialmente en el manejo del recién nacido, pues la principal estrategia de recopilación de información en el área de Trabajo Social, es la entrevista directa con ambos padres del neonato. Esto para conocer y atender sus diversas necesidades específicas ante el proceso de salud-enfermedad en el que están inmersos, sea de tipo económico o social. Para ello se recurre al uso de los recursos intra y extra institucionales, como:
- la solicitud de interconsulta a otras instituciones u hospital.
- la derivación de los familiares al voluntariado del Instituto para su incorporación a alguno de los Programas de atención existentes, según las necesidades específicas de cada paciente, incluyendo el apoyo de albergue para las pacientes foráneas y sus familias.
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