Autora: Dra. Jennifer Escobar A.
Laboratorio de apnea del sueño. Unidad de Investigación, UNAM-INC
Fumar daña a casi todos los órganos del cuerpo y disminuye la salud general de la persona. Millones de personas tienen problemas de salud debido a este hábito. En conmemoración con el Día Mundial Sin Tabaco que se celebra en todo el mundo el 31 de mayo de cada año, queremos en las siguientes líneas hacer conciencia de las interacciones cardiovasculares y el tabaquismo.
Lamentablemente en nuestra sociedad actual la adicción al tabaco está en aumento, sobretodo en grupos vulnerables como los adolescentes. Hablar del tabaquismo anteriormente sólo se relacionaba con cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias, pero actualmente sabemos que produce daño multisistémico sobre todo a nivel de diversas enfermedades del corazón.
El fumar aumenta el riesgo de sufrir enfermedades del corazón (principalmente infarto agudo de miocardio e hipertensión arterial sistémica), enfermedad vascular periférica y aneurisma de la aorta abdominal. Por ejemplo, la incidencia de la enfermedad coronaria en los fumadores es tres veces mayor que en el resto de la población.
De los 7000 compuestos que se han encontrado en la combustión del tabaco, sólo la nicotina parece tener efecto adictivo y constituye alrededor del 3% de los compuestos del tabaco seco. La absorción de la nicotina puede ocurrir a través de la mucosa oral, los pulmones, la piel o el intestino. La nicotina es uno de los agentes más adictivos, se ha descrito tan adictiva como la cocaína o la heroína, pero con un efecto casi inmediato, después de una bocanada, la nicotina llega al cerebro entre 10 a 20 segundos más rápido que si ésta se administrara por vía intravenosa, produce liberación de dopamina (entre otras), hormona que tiene propiedades gratificantes que causan dependencia y adicción.
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