Existe evidencia que demuestra que comer una dieta saludable puede reducir el riesgo de obesidad y enfermedades, como diabetes, cardiopatía, accidentes cerebrovasculares, osteoporosis, entre otras.
Comer sano significa llevar una dieta saludable, equilibrada, con todos los nutrientes necesarios para cubrir tus necesidades nutricionales.
Antes de pensar en qué alimentos debes consumir y cuáles no, es importante tener buenas bases sobre el cómo. Por ejemplo, es importante tener en cuenta que no debes saltarte ninguna comida de las tres principales (desayuno, comida y cena).
Intenta hacer tus comidas siempre a la misma hora y dedicarles tiempo, sin prisas. Comer rápido dificulta la digestión y puede llevarte a comer de más porque cuando tu cerebro recibe la señal de que tu estómago está lleno, ya es demasiado tarde.
Los nutriólogos lo tienen claro; las verduras y frutas deben ser la base de la alimentación. Así se encuentra en el plato del buen comer, si quieres comer sano, la mitad de cada una de tus comidas principales deben ser frutas y verduras.
Comer sano se basa en buscar el equilibrio, no dejes de lado tus platos favoritos. La solución, convierte tus platos favoritos en opciones más saludables y disfrútalas de vez en cuando.
No olvides equilibrar tus comidas con alimentos saludables y ejercicio.