Autor: Dr. Ángel Romero Cárdenas
Vienen en diferentes pesos y tallas. Ocupan su propio espacio-tiempo y son indispensables.
Algunas escriben poesía. También reciben y contestan llamadas, mensajes y todas las variantes de correspondencia. Los medios digitales más actuales, no tienen secretos para ellas.
Siempre encuentran lo que nadie sabe dónde se perdió. Guardan todo. Archivan todo, la mayoría de las veces en estricto orden alfabético, o al menos, en un orden que solamente ellas conocen, pero que es infalible.
Saben utilizar borradores, mensajes y formatos prescritos, pero le quitan la pesada carga a la palabra “rutina”. Algunas convierten su trabajo cotidiano en auténtica inspiración. Su iniciativa no conoce límites: sugieren, proponen, gestionan, participan.
Algunas preparan los más deliciosos alimentos y los comparten. También conocen todos los menús, formatos de solicitudes, peticiones e información de su servicio.
Otras son verdaderas anfitrionas. Reciben a los que vienen a visitarnos y los conducen por los intrincados pasillos del instituto. Aprovechan para pasearlos por los jardines y para presumirles los murales de Diego.
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