ARTICULO

¿Cuál es el papel de un cirujano vascular?

Autora: Dra. Adriana Torres-Machorro
Médico Adscrito al Departamento de Cirugía del INC.
Angióloga, cirujana vascular y endovascular

La descripción clásica de un cirujano vascular es aquel que diagnostica, trata y maneja todos los asuntos que afectan la circulación arterial, venosa y linfática, fuera del corazón y el cerebro. El enfoque es especialmente en las piernas, los brazos, el cuello, la aorta y la circulación visceral. Un cirujano vascular se diferencia de otros especialistas por estar entrenado para tratar el sistema vascular periférico de forma médica, de forma mínimamente invasiva (endovascular), de forma quirúrgica o de forma híbrida, es decir, combinando cirugía abierta y endovascular en un mismo tiempo quirúrgico. La enfermedad primaria que tratan los cirujanos vasculares es la ateroesclerosis, sin embargo, las arteriopatías inflamatorias, los síndromes compresivos, el trauma vascular y la enfermedad tromboembólica venosa son algunos padecimientos que también atienden.

Además, un cirujano vascular puede intervenir de forma clásica o endovascular la patología periférica y una gran parte de su labor se realiza en la consulta externa, donde la educación continua de los pacientes sobre las medidas de higiene vascular y el seguimiento de enfermedades ateroescleróticas y degenerativas busca la prevención de complicaciones mayores como eventos vasculares cerebrales o ruptura de aneurisma de la aorta abdominal. El manejo médico es esencial tanto en pacientes claudicadores como en aquellos con problemas linfáticos y venosos.

El tratamiento que se ofrece por parte de un cirujano vascular es uno de los que mayor impacto económico puede tener. Uno de los ejemplos más tangibles es el que ocurre con el salvamento de extremidad secundario a insuficiencia arterial (aguda o crónica). Esta maniobra disminuye radicalmente los costos en salud, calidad de vida y económicos de la sociedad cuando se logra revascularizar un paciente y preservar el miembro afectado, comparado con una amputación, cuyo impacto no ocurre solamente a nivel del paciente, sino que involucra a todo su círculo familiar.1 Por ello, se considera que la rentabilidad global de un programa vascular integral es tremendamente positiva. Incluso se encuentra verificado que las nuevas referencias al cirujano vascular son un catalizador significativo para los ingresos económicos del sistema de salud.2

Te invitamos a continuar con la lectura en la página 15 d Motu Cordis.

 

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