PARTE II
Autoras: Mtra. Sofía Vega Hernández
Mtra. Norma Elia González Flores
Cuando existe la necesidad de hospitalizar a un recién nacido o lactante menor surgen una serie de intensas emociones desagradables y estrés que, de no encontrar la forma de regularlos, podrían comprometer no sólo la salud física y mental de ambos padres, sino también perturbar el vínculo afectivo entre padres e hijo. La experiencia compartida en este número tiene el objetivo principal de dar a conocer el proceso y resultados del programa de Acompañamiento al Recién Nacido y Lactante Menor con Cardiopatía Congénita hospitalizado.
La primera fase del programa consiste en la identificación de candidatos por la jefe de Enfermeras del Servicio de Cardiopediatría, quien contacta a la tanatóloga en turno y a su vez cita a los padres del recién nacido o lactante Menor.
Durante la primera sesión, la tanatóloga en turno tiene una entrevista general con los padres, para explicar la dinámica del programa, se les orienta sobre el manejo y sanitización del OCE (objeto de conexión emocional= pulpo) y solicita el consentimiento informado verbal para la intervención. En esta fase conocimos a M y A, papás de Yamilé, quien nació con un tumor en el corazón, ellos aceptaron de inmediato participar en el programa, lo primero que expresaron fue que harían lo necesario para ayudar a su bebé.
La segunda sesión del acompañamiento consiste en brindar un espacio íntimo a ambos padres, y a través de una entrevista semiestructurada se conoce la dinámica familiar, la red de apoyo con la que cuentan, sus costumbres y creencias, entre otros aspectos socioculturales que nos ayudan a comprender su contexto. Además, se orienta la consciencia de ambos padres hacia el momento del embarazo de la madre, cuando se diagnostica la cardiopatía del bebé y el impacto emocional de los integrantes más cercanos de la familia.
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