Desde tiempos remotos se han utilizado plantas medicinales y sus propiedades en diferentes culturas para rituales, donde quemaban distintos elementos aromáticos como hierbas, maderas y cortezas para ahumar, purificar y erradicar malos espíritus.
El término “Aromaterapia” fue acuñado por un químico francés llamado René-Maurice Gattefossé, quien estudió las propiedades medicinales de los aceites esenciales por muchos años mientras trabajaba en el negocio familiar de perfumería.
Actualmente la aromaterapia es una técnica derivada de la herbolaria que utiliza compuestos vegetales y los aceites esenciales extraídos de las plantas aromáticas para mejorar la salud y el estado de ánimo mediante la inhalación o la aplicación de los aceites sobre la piel.
Algunos beneficios de la aromaterapia son:
- El alivio del dolor, gracias a sus efectos analgésicos.
- Actúa como antihistamínico y potenciador de las defensas.
- La reducción del estrés.
- Ayuda a contrarrestar la depresión, la ansiedad y el insomnio.
- Se trata de un potente estimulante e incluso afrodisíaco.
Existe una gran variedad de aceites esenciales, por ello enlistamos algunos de ellos:
- Ansiedad y depresión: jazmín, albahaca, vainilla, cedro y rosa.
- Asma y bronquitis: eucalipto, romero, pino, lavanda y tomillo.
- Cicatrices: árbol de té, rosa mosqueta, caléndula, geranio, cedro, salvia y jazmín.
- Acné: salvia, camomila, caléndula o violeta.
Antes de comenzar un tratamiento de aromaterapia, es aconsejable que lo consultes con tu médico de cabecera, sobre todo si tienes patologías del aparato respiratorio, como asma o enfermedades pulmonares crónicas.