La oxitocina es la hormona del amor, de la calma y el contacto.
El concepto embarazo lleva consigo implícito muchas palabras que están relacionadas con la gestación, sin embargo, nos traen otras palabras como lo es la oxitocina.
La oxitocina es un neuropéptido formado por una cadena de nueve aminoácidos. La palabra oxitocina vio la luz en 1906, acuñada por el fisiólogo británico Henry Dale. Procede del griego y significa “parto rápido” y es la responsable de regular el ritmo del parto y de facilitar la lactancia.
Es producida de forma mayoritaria en los núcleos paraventricular y supraóptico del hipotálamo, aunque también se sabe que es sintetizada en algunos órganos fuera del cerebro.
Toda mujer de parto produce su propia oxitocina natural y dicha producción dependerá en gran medida del ambiente que rodee a esa mujer durante el parto.
La oxitocina interviene en determinados procesos fisiológicos, en especifico durante el embarazo, como:
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Durante el trabajo de parto nuestro cuerpo secreta de forma natural oxitocina, que estimula los receptores adecuados en el útero provocando y manteniendo las contracciones durante el parto para la dilatación del cuello uterino y el alumbramiento.
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La oxitocina es una hormona fundamental durante la lactancia materna, siendo la encargada de la eyección láctea, es decir sin oxitocina la leche no podría salir de la glándula mamaria.
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Tiene un efecto relajante y es vital para establecer el vínculo con nuestro bebé. Estando muy relacionada con el apego, la empatía y el comportamiento maternal y paternal.
En general, podemos decir que la oxitocina se da mucho antes de convertirnos en mamás, que está presente en el embarazo y es parte de los procesos fisiológicos maternos.