Seguramente, alguna vez, has sentido calambres musculares en alguna zona de tu cuerpo.
Esta sensación dolorosa puede ser bastante frecuente y suele ocurrir mientras practicamos algún tipo de actividad física.
Los calambres ocurren generalmente cuando un músculo se contrae de manera involuntaria. Además de sentir un pronunciado dolor, también nos damos cuenta de la existencia de una protuberancia que indica que nuestro músculo ha sufrido agarrotamiento, muy probablemente por falta de hidratación.
Algunos calambres pueden durar solo unos segundos o pocos minutos. Otros, a su vez, pueden mantenerse por varias horas, apareciendo de manera intermitente, lo cual puede ser realmente desesperante para quien lo sufre. Si los calambres son muy frecuentes, se debe acudir al médico.
Se han realizado distintas investigaciones que sugieren que la mayoría de los calambres son ocasionados por desequilibrio en la cantidad de líquidos y electrolitos en el cuerpo, acompañados con un alto grado de sudoración. Otros estudios más recientes indican que los calambres producidos por el ejercicio son el resultado de la actividad de las motoneuronas alfa.
Recomendaciones para evitar calambres:
- Dedícale tiempo a tus rutinas de estiramiento.
- Detén el estiramiento cuando comiences a sentir dolor.
- Conoce cuáles son tus límites.
- Aumenta progresivamente la intensidad de tus entrenamientos.
- Descansa lo suficiente.
- Acude al doctor si sufres frecuentemente de calambres.