La alopecia es la pérdida anormal del cabello, es decir cuando una persona pierde más de 100 cabellos diarios.
Existen diferentes factores que influyen en la pérdida de cabello:
- Herencia.
- Estrés: el estrés físico o emocional puede causar la caída del cabello. En cuestión de días se puede notar como la mayor parte del pelo desaparece, esto sucede en los días de mayor ansiedad o en días posteriores.
- Una dieta baja en minerales y nutrientes.
- Uso excesivo de champú y secadora.
- Toma de medicamentos.
- Embarazo y parto: es muy frecuente en mujeres que acaban de dar a luz que manifiesten una pérdida del cabello.
- Enfermedades: como el lupus, la sífilis, la diabetes, el hipotiroidismo o la anemia.
Detectar a tiempo el problema de salud capilar es fundamental para buscar las soluciones más adecuadas.
Para evitar la caída del cabello es fundamental no lavarse el cabello todos los días y utilizar el champú que más se ajuste a nuestro pelo. Además, cuidar la alimentación ayudará a tener los nutrientes necesarios para mantener un cabello más fuerte y saludable.
Existen diferentes tipos de alopecia, algunas de ellas son:
- Alopecia androgénica: es la pérdida de pelo a causa de factores genéticos. Afecta a muchos hombres y rara vez a las mujeres.
- Alopecia areata: en la mayoría de los casos, el pelo se cae a mechones dejando áreas sin pelo.
- Alopecia traumática: es la consecuencia de factores externos tales como, los secadores, peines metálicos, tintes o permanentes.
- Alopecia difusa puede aparecer por enfermedades, cambios hormonales o los efectos secundarios de algunos medicamentos.
- Alopecia infecciosa se trata de la calvicie total o parcial causada por hongos, virus o bacterias.
Si la pérdida del cabello no es grave, el pelo en unos meses vuelve a crecer sin necesidad de tratamiento.
Para los casos más severos, algunos de los tratamientos comunes pueden ser: inyección de implante de cabello, los medicamentos tópicos aplicados a la piel y la terapia con la luz ultravioleta.