Autora: Mtra. María de la Luz Tovar
Jefa del Departamento de Dietética y Nutrición
Es un día normal en el servicio, con arduo trabajo para alimentar a los pacientes y colaboradores del hospital. De repente, surge la noticia de una pandemia. La incertidumbre y el miedo se percibe en el ambiente y se requiere llevar a cabo cambios urgentes en las tareas diarias. El área operativa del servicio de alimentos debe implementar estrategias de seguridad para que el departamento continúe distribuyendo los alimentos.
La primera estrategia es cerrar el comedor, pues ya no es posible estar reunidos por el riesgo de contagio; hay que reorganizar los menús y ofrecerlos para llevar y, además, debemos reestructurar la forma de trabajar para resguardar la seguridad de todos. Se llevan a cabo rotaciones para que el personal permanezca en casa resguardado y sólo se presente a trabajar en días asignados. En hospitalización se vuelve necesario hacer mucho más segura la entrega de alimentos a pacientes, por lo que se implementa la distribución de alimentos en contenedores desechables y puestos en bolsas de plástico para evitar cualquier tipo de contagio. Las nutriólogas clínicas calculan nuevas dietoterapias para los pacientes que ingresan por COVID-19, con lo cual surge la famosa dieta COVID que los médicos reconocen y solicitan. Como servicio de nutrición clínica, nuestro compromiso es mantener un estado de nutrición óptimo para que las complicaciones de este virus desconocido sean menores y el paciente pueda salir adelante. Pero también debemos alimentar a los pacientes intubados, por lo que se elaboran dietas enterales a base de complementos, multivitamínicos y proteínas.
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